El 24 de mayo de 1981, Roldós participó en una ceremonia en el estadio Atahualpa de Quito realizada por el
aniversario de la Batalla del Pichincha y por la distinción a militares que
participaron en la guerra de Paquisha. Allí pronunció
el que sería su último y más recordado discurso finalizado con la frase "Este Ecuador Amazónico, desde siempre y hasta siempre, ¡Viva la Patria!".
Culminada la ceremonia, la
avioneta presidencial que lo traslasaba a Macará se
estrelló poco antes de llegar a su destino. La aeronave accidentada había sido
adquirida sin caja negra, motivo que dificultó el esclarecimiento de los
hechos. El informe de las Fuerzas Armadas en su época atribuyó el
suceso a una falla humana, pero varias versiones a lo largo de los
últimos 35 años se han encargado de contradecirlo.